Soy un pie, un pie lindísimo y blandito tan cerca de mi cabeza que cuando me lo toca es como si me tocara el alma. Un pie comestible y dulce como el pollo, como el dedo pequeño que lo compró, dice separándolo y me encanta. Éste que lo mató y no presto atención y río, porque su mano es más grande que mi pié; es mi pie y así lo controla. Y éste lo peló y casi no se diferencian los deditos. Y aquél lo cocinó. Y el gordito, que no es gordo todavía sino gordito, entra en sus dientes porque se lo comió, se lo comió, se lo comió.
(Publicado en El País Semanal, 17 de agosto de 2008)
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4 comentarios:
Qu'on gratte tous les jeunes, Pipistrellus! (en inglés para franchutes). Oye, un pie que no sugiere olores, sino blandeces, increíble.
Jejeje. No sé de dónde te habrá venido la inspiración...;)
PD. Estírate (o coloca ese pie de puntillas) y visita mi blog.
Ganas premios, te publican...¿te das cuenta que sólo tengo 8 días para igualar tus éxitos? This is not fair, prima, this is not fair.
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